
«Experimentar la paciencia del Señor, que ve reflejada también en el incansable cuidado de los médicos y del personal sanitario, así como de los familiares de enfermos en el hospital».
«Alguno rezó para que el Pontífice fuera al cielo, pero el dueño de la mies decidió dejarme aquí de nuevo», palabras del Papa mientras se encontraba en el hospital, previo a los pasajes más duros de su convalencia en el Gemelli.
La frase quedaría guardada para que 38 días después tuviera vigencia, pues ante la gravedad y de acuerdo con los médicos, “hubo que elegir entre dejarlo ir o probar con todo”.
Palabras conmovedoras
Francisco ya nos había expresado algunas palabras conmovedoras a través de un audio difundido por el Vaticano, con una voz débil y cansada; envió su bendición y agradecimiento a todos quienes a lo largo de su enfermedad oraron por él.
El 6 de marzo, después de permanecer cinco semanas internado por neumonía, su voz se escuchó en un audio que duró 27 segundos en la Plaza de San Pedro, y muy pronto en todo el mundo gracias a las redes sociales.
La fotografía
Teorías conspirativas llegaron a escucharse, al decir que el Papa estaba muerto y que el Vaticano lo anunciaría días después, pues tras un mes hospitalizado no había foto ni seña de que Francisco estuviera vivo.
La primera fotografía del Pontífice desde la hospitalización fue publicada el domingo 16 de marzo, en medio del tratamiento, ya mejorado, en actitud de oración frente al altar.
La imagen fue un aliciente más para los católicos del mundo, pues el Papa había salido del pronóstico crítico en su estado de salud, con miras a una recuperación, incluso, fuera del hospital.
Alta médica
La Buena Nueva se dio el domingo 25 de marzo, fecha en la que salió a la ventana del hospital Gemelli después de 38 días, para saludar al mundo y emprender su regresó al Vaticano donde continúa su recuperación.
El Santo Padre expresó que durante este largo periodo de hospitalización ha tenido la oportunidad de «experimentar la paciencia del Señor, que ve reflejada también en el incansable cuidado de los médicos y del personal sanitario, así como de los familiares de enfermos en el hospital».
Una crónica detallada del doctor Sergio Alfieri nos permitió conocer los momentos más difíciles que vivió el Sumo Pontífice en el hospital; narró que incluso hubo lágrimas de las personas más cercanas.
Mientras comía, vomitó y aspiró, fue el segundo momento verdaderamente crítico, ya que de no actuar con prontitud se desencadenaría una fuerte complicación en los pulmones: “Él sabía que podía morir”.
Nadie se rindió, empezando por Massimiliano Strappetti, médico personal y que conoce perfectamente los deseos del Papa, al pronunciar a médicos: “Inténtenlo todo, no se rindan”, pese a que había riesgo de dañar riñones y la médula ósea; sin embargo siguieron adelante y el organismo respondió a los tratamientos.
Antes de regresar al Vaticano el Santo Padre dirigió unas palabras a los que esperaban con ansias verlo desde el balcón del hospital; destacó su buen humor, y a pesar del cansancio expresaba alegría al ver a tantas personas reunidas en torno a él.
Después pidió ser trasladado a la Basílica de Santa María la Mayor para dar gracias por la salud recobrada, y es que deseaba ardientemente regresar a su casa y constantemente preguntaba «¿cuándo nos vamos a casa?».
Como ya lo venía haciendo desde hace algún tiempo, el Papa seguirá desplazándose en silla de ruedas, además deberá cumplir con prescripciones estrictas como evitar contacto con grupos de personas o con niños que puedan ser vehículo de nuevos contagios.
La convalecencia prescrita por los médicos de dos meses es importante para la mejoría y para no desperdiciar el esfuerzo que hizo el personal médico en la recuperación.
Las habitaciones en Santa Marta fueron acondicionadas para la comodidad del Santo Padre, en tanto su agenda continúa suspendida mientras recibe terapias para volver a hablar y recuperar su salud completamente.
El Santo Padre nos sigue pidiendo que recemos por él.